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El David y otras obras de arte

31 mayo, 2015

El David y otras obras de arte

A pesar de haber vivido varios años en Europa, hay lugares que solo conozco por libros o películas. Sin embargo, este viaje no está pensado para este fin. Viajar por Europa es caro, el diez de junio comienzan a vencer los visados de Kazajistán, Azerbaiyán y Uzbekistán. Y quiero Visitar Mongolia.

También tengo otros “problemas” (ojalá todos los problemas fueran como éste); un visado retrasó mi salida diez días y Siberia se pone muy fría en invierno. Tengo hasta el 30 de octubre para llegar a Vladivostok, situado al Extremo Oriente de Rusia. Eso sí, pasando un poco de frío. Por esto, hay países que he decidido recorrer más de prisa que otros, ya que quiero aprovechar para estar en los lugares a los que, por visados o recorrido, son más difíciles de llegar, además de tener un margen de días que me sirvan de comodín.

Esta primera semana me he estado acostumbrando al ritmo de viaje, a llevar la moto cargada, además de hacer lo posible para tener tiempo cada día para hacer fotos.

Muchas de las ciudades que me apetecía visitar en el recorrido por el sur de Francia y norte de Italia son destinos turísticos masivos. Estos siete días he visitado, entre otras, Arles, Pisa y Florencia; ciudades maravillosas, con mucha historia, arte y, por supuesto, muchos turistas con sus palitos selfies. Es más, los numerosos inmigrantes que tratan de ganarse la vida en los alrededores de monumentos y museos venden casi exclusivamente este artículo.

Pero, de todo lo que he visto esta semana, el momento más especial fue cuando entré en la Galería de la Academia de Florencia y vi el David de Miguel Ángel. Me ha pasado otras veces que al ver algo que ha sido fotografiado o filmado hasta el infinito, le quita la sorpresa y hay un toque de decepción. Pero en este caso, ninguna imagen que había visto anteriormente pudo arruinar el sentimiento de observar algo único y maravilloso, a pesar de estar rodeado de un enjambre de turistas tratándose de hacerse un selfie con él.

A la salida del museo, hay una foto realizada en 2004 por el artista alemán Thomas Struth, en la que aparece gente observando al David, sin cámaras, sin móvilesy, sin palitos selfies, (prohibidos en la galería).

Qué tiempos aquellos en que las obras de arte se observaban con los ojos y no a través de una pantalla.

 

 

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